No seguí la campaña. No tuve tiempo. No tuve tiempo tampoco para mirar caerse a pedazos la bolsa. Me enteré de rebote lo de AIG, lo de Bear Stearns, y nada más. Gran ignorancia la mía.

Sin embargo, mañana cuando me levante espero ver a Obama de presidente. No porque me haya convencido, porque repito, ni me tomé la molestia de escucharlo. Sino porque hay que terminar radicalmente con el modelo actual de la política exterior norteamericana. Y la imagen de este señor aparenta atentar contra ese modelo.

El día en que cayeron las torres yo, como muchos otros tantos, tenía seres muy queridos por allí. Me asusté, me sentí identificado con lo que pasó. Se vivieron imágenes de dolor. De respeto y solidaridad.
Solidaridad y respeto que es cierto, no siempre sentimos por otros pueblos que están mucho mas jodidos; quizás porque no nos importa, quizás porque no nos identificamos con ellos, quizás porque pensamos que a alguien le tiene que ir mal en este mundo.

Con esas imágenes de dolor nos justificaron acciones. Después de varios años, todavía no hay respuestas claras y tampoco se vieron soluciones. Sólo se vio destrucción, muerte, intolerancia. Irak = Dictadura x dictadura?
Debido proceso?

Y gracias a esa política se crearon mitos. Mitos como Chávez, o como el iraní. Porque si nada de esto hubiese ocurrido, seguro que estos tipos no tendrían de qué hablar. Y eso es lo que a mi, como latinoamericano, más me preocupa.

El mundo no va a cambiar porque el mundo no alcanza para todos. Sin embargo es lindo creer que eso puede pasar. Para eso se inventó la demagogia ...