Monday, December 10, 2007

Cambiando la óptica

Dejemos por un rato de hablar de toda la mierda que solemos hablar en este blog (en realidad debería haber dicho "voy a dejar de hablar de ..." pero dicho como lo dije suena un poquito menos cruel).
Hace unos 8 años que tengo una turbación descomunal por escribir. Empecé queriendo hacer sonetos pero erran horribles. Metía cada rima pelotuda que era digna de musicalizar y dársela a Ricky Martin para que las cantase. Con los años y unas gotas de pesimismo creo que logré hacer mejores cosas. Ahí fue cuando empecé a aprender guitarra. Me gustaba escribir, por lo que supuse que también me gustaría hacer canciones. Descartando unas 100 porquerías podría decirles que sin mayor esfuerzo (nunca me esforcé mucho en esto) hice unas 10 canciones de mierda y unos 50 poemas de la misma sustancia. Igual nunca logré tener una banda; nunca hubo feeling con los géneros de mis conocidos. O eran demasiado heavy metal, o se les daba por tocar "calaveras y diablitos".

Les voy a colgar el último que hice. En realidad empecé a hacer un punteíto que me gustó tanto que me puse a tomar whisky y de ahí salió la letra que no pega ni de suerte con el punteíto (claro, con el pedo que tenía en el momento sonaba bien). Pero no me importa.
El poema es pura ficción y suena bastante cursi. Se los publico porque hace tiempo que quería publicarles mi primer y único cuento "corto" pero como hay partes que me rechinan llevo meses mutándolo. Es demasiado para mí...

BAR

Mientras encendías tu cigarro
te contemplaba desde lejos
te seguía desde mi rincón.

El humo se mezclaba con tu pelo
con tu boca, con tus labios, con tus manos.
Cuánto brillabas bajo el sol.

Quedé perdido en tu mirada
Navegando en una tormenta de perfección
sin animarme a zarpar.

Y por eso te miraba desde lejos
Estaba cansado…


Tomé tus manos y te supe arrastrar.
Huimos del bar envueltos de esperanzas,
atormentados de esperar.

Corrimos bajo la lluvia y de la oscuridad,
Buscamos un refugio de la noche,
algún lugar donde ponerla y luego descansar.

Mordí tu piel con los callos de mis dedos
y con la inercia de tu cuerpo aprendí a respirar.
Fueron minutos de vidas y sonrisas,
y segundos de sueños y de eternidad.

Junto a esa noche se esfumó tu cuerpo,
y también murieron los deseos,
y también besé la sal.
Hoy yo sigo mirando desde lejos,
pudriéndome en un puto rincón de este bar


PD: No se asusten. En el blog prefiero escribir de política. Estamos frente a una excepción.

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