Metiendo el dedo en la llaga II
Primero que nada mis disculpas por el abandono en la redacción de ésta página, pero la verdad que tuve dos semanas complicadas y con muy poco tiempo libre, por lo que opté por poner mis neuronas en remojo en vez de ponerme mi traje de rebelde y putear junto a ustedes.
Mis disculpas a Galo, a quién puntualmente le dejé el comentario colgado... ya saben que generalmente respondo uno por uno, pero ta, estaba compartiendo el "slpeen" de Baudelaire.
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Bueno, en el post pasado estaba hablando de ciertas facetas de autoritarismo que los países padecen pese a ser consagradas democracias. Hoy voy a compartir con ustedes otro caso que me impactó: el de Luis Abelardo Patti en Argentina.
Según los datos de su página oficial, Patti fue un policía que desempeñó funciones como Comisario retirándose en 1993 para dedicarse a otras actividades, entre ellas la política. En 1995 fue elegido Intendente de Escobar con el 73% de los votos, siendo reelegido en 1999.
Sin embargo no todo es color de rosa. Patti es acusado por participar en homicidios y desapariciones forzosas durante último golpe de Estado argentino. Pero dichas acusaciones no le han sido transformadas en sentencia condenatoria en su contra, si bien (por lo que he leído) ha reconocido haber matado a varias personas en enfrentamientos armados (tiroteos).
Por lo tanto, mientras Patti no sea condenado deberá ser presumido inocente; y si lo fuese, serán las leyes vigentes y los órganos estatales competentes aquellos que determinen las sanciones que le corresponden.
En el año 2005, Patti se presentó como candidato a Diputado de la Nación Argentina, candidatura que no recibió impugnación alguna siendo oficializada por la Justicia Electoral.
Fue elegido Diputado en el mismo año contando "con más de 400.000" votos en la Provincia de Buenos Aires. El 5 de Diciembre del año 2005 fue reconocido por la Junta Electoral Nacional, quien le otorgó el diploma que acreditaba su condición de legislador electo.
Sin embargo, al momento de asumir el cargo, la Cámara de Diputados le negó la posibilidad de asumir al mismo argumentando su "falta de idoneidad moral" para ejercer el cargo por haber sido un represor de la dictadura, y por haber participado activamente en violaciones a la Constitución.
Según lo que pude leer: "Patti apeló su impugnación ante la Justicia y en septiembre pasado recibió un fallo a favor de parte de la Cámara Electoral, que revocó la decisión de la jueza federal María Servini de Cubría, quien avaló la votación de los diputados contra el ex subcomisario.
Sin embargo, una mayoría en la Cámara Baja impidió que se hiciera cargo de su banca y desencadenó un nuevo pedido judicial, esta vez ante la Corte Suprema."
Cuando conocí esta noticia pensé en venir a escribirla, pero pensé "vamos a ver si el tiempo me da la razón... seguro que lo va a hacer".
-En primer lugar una persona puede ser acusada de distintas cosas, incluso de las atrocidades más grandes que puedan haber ocurrido, acusaciones que van a generar cierto desprecio natural hacia el acusado. Sin embargo, ese desprecio no puede implicar una desatención a las garantías constitucionales que las constituciones democráticas otorgan. Mientras una persona no es condenada por un delito, no puede ser considerada como delincuente.
Pero esa no es la reacción normal de aquellos que quedan impactados por el calibre de las acusaciones. Y es entendible que la gente se vea consternada. Lo que es inconcebible es que aquellos que están en una posición privilegiada por los conocimientos que manejan (ya sea políticos, ya sea estudiosos del Derecho) participen en movidas de incitación a la confusión de lo que es un inocente y lo que es un culpable. Estamos hablando nada más ni nada menos que de una "caza de brujas".
Los políticos en este caso, deberían dejar de lado su afán de quedar bien con el electorado, y su desprecio ideológico hacia el elegido, y tomar el asunto con objetividad.
-Y esa objetividad implica que las inhabilitaciones no son otorgadas por la Cámara de Diputados (que me corrijan si me equivoco) sino por los distintos organismos electorales competentes (cosa que no ocurrió).
La Cámara de Diputados no solo carece de la facultad para prohibir la asunción de otro miembro por "problemas morales" sino que además, en caso que estuviere facultado a ello, debería hacerlo por medio de una investigación que respete todas las garantías del debido proceso (entre ellas el derecho a la defensa, la comprobación de los delitos sobre los que se acusa al sujeto, la presunción de inocencia y una decisión objetiva dada por un sujeto objetivo, ETC) y no por medio de un concatenado de discursos políticos que son la esencia de las discusiones parlamentarias de mero tinte político.
-En tercer lugar, aunque hubiere una norma constitucional que permitiera a los diputados votar la no asunción de un diputado elegido en una elección nacional democrática, esa norma sería un reverendo disparate. Violaria las reglas de la democracia. La democracia para ser democracia tiene que ser algo así como el ideal de mercado para los liberales: un sistema libre, donde reine el equilibrio natural y donde la autoridad solo debe actuar como Juez y Gendarme.
Y mayor disparate es si prohibe la asunción de una persona por falta de "idoneidad moral". ¿Qué es eso? ¿Quién puede decirme a mi que es la "idoneidad moral"?
-Y en cuarto lugar, los diputados si querían hacer las cosas bien tendrían que haber objetado la candidatura de Patti.
Lo curioso del asunto es que así la Corte Suprema Argentina le de la razón a Patti (que creo que es lo que debería ocurrir) Patti no podrá asumir a la banca, no solo porque los diputados "no lo van a dejar", sino porque tal como dice el arítculo 164 del Código Electoral Nacional: "En todos los casos los reemplazantes se desempeñarán hasta que finalice el mandato que le hubiere correspondido al titular", lo que quiere decir que como ya asumió el suplente de Patti, éste desempeñará el mandato de Patti hasta que culmine el período. (norma que en este caso a mi criterio no debería aplicarse por las razones por las cuales Patti no asumió, pero bueno, eso lo dirá la Corte).
Esta situación ya había ocurrido con el ex general Antonio Domingo Bussi, cuya pretensión fue acogida por la Corte Suprema pero varios años después de que terminara su mandato, por lo que la actitud ilegítima de los diputados proliferó.
Por lo tanto, manifiesto mi desaprobación a:
-que los políticos unan sus bloques para violar las mismas normas que ellos dicen defender. Que sean mayoría no implica que puedan abusar de sus poderes.
-al desastrozo aparato jurisdiccional, que se pronuncia años después de lo que lo debería haber hecho, lo que genera que el "palo en la rueda" que pusieron los políticos fuese efectivo.
-a que una vez que se condene por daños y perjuicios al Estado (si es que Patti los reclama y los gana) termine pagándolos el Estado cuando quienes se mandaron la cagada fueron los diputados. Ellos deberían pagarlo de su bolsillo por haber sido partícipes de un acto que es una violación flagrante a la Constitución y un ataque directo a la democracia.
Entiendo que el tema es polémico y pueden haber sentimientos encontrados. Sin embargo, si uno quiere ser objetivo no puede ser partícipe de un circo con intereses electorales donde se violen los principios del debido proceso y la separación de poderes.
Si bien no conozco de normativa argentina leí que los argumentos que expuse fueron más o menos los mismos que la Corte usó para el caso de Bussi.
Veremos quién tiene razón...
Les dejo la discusión parlamentaria:
http://www1.hcdn.gov.ar/sesionesxml/item_param.asp?per=124&r=14&n=3
Mis disculpas a Galo, a quién puntualmente le dejé el comentario colgado... ya saben que generalmente respondo uno por uno, pero ta, estaba compartiendo el "slpeen" de Baudelaire.
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Bueno, en el post pasado estaba hablando de ciertas facetas de autoritarismo que los países padecen pese a ser consagradas democracias. Hoy voy a compartir con ustedes otro caso que me impactó: el de Luis Abelardo Patti en Argentina.
Según los datos de su página oficial, Patti fue un policía que desempeñó funciones como Comisario retirándose en 1993 para dedicarse a otras actividades, entre ellas la política. En 1995 fue elegido Intendente de Escobar con el 73% de los votos, siendo reelegido en 1999.
Sin embargo no todo es color de rosa. Patti es acusado por participar en homicidios y desapariciones forzosas durante último golpe de Estado argentino. Pero dichas acusaciones no le han sido transformadas en sentencia condenatoria en su contra, si bien (por lo que he leído) ha reconocido haber matado a varias personas en enfrentamientos armados (tiroteos).
Por lo tanto, mientras Patti no sea condenado deberá ser presumido inocente; y si lo fuese, serán las leyes vigentes y los órganos estatales competentes aquellos que determinen las sanciones que le corresponden.
En el año 2005, Patti se presentó como candidato a Diputado de la Nación Argentina, candidatura que no recibió impugnación alguna siendo oficializada por la Justicia Electoral.
Fue elegido Diputado en el mismo año contando "con más de 400.000" votos en la Provincia de Buenos Aires. El 5 de Diciembre del año 2005 fue reconocido por la Junta Electoral Nacional, quien le otorgó el diploma que acreditaba su condición de legislador electo.
Sin embargo, al momento de asumir el cargo, la Cámara de Diputados le negó la posibilidad de asumir al mismo argumentando su "falta de idoneidad moral" para ejercer el cargo por haber sido un represor de la dictadura, y por haber participado activamente en violaciones a la Constitución.
Según lo que pude leer: "Patti apeló su impugnación ante la Justicia y en septiembre pasado recibió un fallo a favor de parte de la Cámara Electoral, que revocó la decisión de la jueza federal María Servini de Cubría, quien avaló la votación de los diputados contra el ex subcomisario.
Sin embargo, una mayoría en la Cámara Baja impidió que se hiciera cargo de su banca y desencadenó un nuevo pedido judicial, esta vez ante la Corte Suprema."
Cuando conocí esta noticia pensé en venir a escribirla, pero pensé "vamos a ver si el tiempo me da la razón... seguro que lo va a hacer".
-En primer lugar una persona puede ser acusada de distintas cosas, incluso de las atrocidades más grandes que puedan haber ocurrido, acusaciones que van a generar cierto desprecio natural hacia el acusado. Sin embargo, ese desprecio no puede implicar una desatención a las garantías constitucionales que las constituciones democráticas otorgan. Mientras una persona no es condenada por un delito, no puede ser considerada como delincuente.
Pero esa no es la reacción normal de aquellos que quedan impactados por el calibre de las acusaciones. Y es entendible que la gente se vea consternada. Lo que es inconcebible es que aquellos que están en una posición privilegiada por los conocimientos que manejan (ya sea políticos, ya sea estudiosos del Derecho) participen en movidas de incitación a la confusión de lo que es un inocente y lo que es un culpable. Estamos hablando nada más ni nada menos que de una "caza de brujas".
Los políticos en este caso, deberían dejar de lado su afán de quedar bien con el electorado, y su desprecio ideológico hacia el elegido, y tomar el asunto con objetividad.
-Y esa objetividad implica que las inhabilitaciones no son otorgadas por la Cámara de Diputados (que me corrijan si me equivoco) sino por los distintos organismos electorales competentes (cosa que no ocurrió).
La Cámara de Diputados no solo carece de la facultad para prohibir la asunción de otro miembro por "problemas morales" sino que además, en caso que estuviere facultado a ello, debería hacerlo por medio de una investigación que respete todas las garantías del debido proceso (entre ellas el derecho a la defensa, la comprobación de los delitos sobre los que se acusa al sujeto, la presunción de inocencia y una decisión objetiva dada por un sujeto objetivo, ETC) y no por medio de un concatenado de discursos políticos que son la esencia de las discusiones parlamentarias de mero tinte político.
-En tercer lugar, aunque hubiere una norma constitucional que permitiera a los diputados votar la no asunción de un diputado elegido en una elección nacional democrática, esa norma sería un reverendo disparate. Violaria las reglas de la democracia. La democracia para ser democracia tiene que ser algo así como el ideal de mercado para los liberales: un sistema libre, donde reine el equilibrio natural y donde la autoridad solo debe actuar como Juez y Gendarme.
Y mayor disparate es si prohibe la asunción de una persona por falta de "idoneidad moral". ¿Qué es eso? ¿Quién puede decirme a mi que es la "idoneidad moral"?
-Y en cuarto lugar, los diputados si querían hacer las cosas bien tendrían que haber objetado la candidatura de Patti.
Lo curioso del asunto es que así la Corte Suprema Argentina le de la razón a Patti (que creo que es lo que debería ocurrir) Patti no podrá asumir a la banca, no solo porque los diputados "no lo van a dejar", sino porque tal como dice el arítculo 164 del Código Electoral Nacional: "En todos los casos los reemplazantes se desempeñarán hasta que finalice el mandato que le hubiere correspondido al titular", lo que quiere decir que como ya asumió el suplente de Patti, éste desempeñará el mandato de Patti hasta que culmine el período. (norma que en este caso a mi criterio no debería aplicarse por las razones por las cuales Patti no asumió, pero bueno, eso lo dirá la Corte).
Esta situación ya había ocurrido con el ex general Antonio Domingo Bussi, cuya pretensión fue acogida por la Corte Suprema pero varios años después de que terminara su mandato, por lo que la actitud ilegítima de los diputados proliferó.
Por lo tanto, manifiesto mi desaprobación a:
-que los políticos unan sus bloques para violar las mismas normas que ellos dicen defender. Que sean mayoría no implica que puedan abusar de sus poderes.
-al desastrozo aparato jurisdiccional, que se pronuncia años después de lo que lo debería haber hecho, lo que genera que el "palo en la rueda" que pusieron los políticos fuese efectivo.
-a que una vez que se condene por daños y perjuicios al Estado (si es que Patti los reclama y los gana) termine pagándolos el Estado cuando quienes se mandaron la cagada fueron los diputados. Ellos deberían pagarlo de su bolsillo por haber sido partícipes de un acto que es una violación flagrante a la Constitución y un ataque directo a la democracia.
Entiendo que el tema es polémico y pueden haber sentimientos encontrados. Sin embargo, si uno quiere ser objetivo no puede ser partícipe de un circo con intereses electorales donde se violen los principios del debido proceso y la separación de poderes.
Si bien no conozco de normativa argentina leí que los argumentos que expuse fueron más o menos los mismos que la Corte usó para el caso de Bussi.
Veremos quién tiene razón...
Les dejo la discusión parlamentaria:
http://www1.hcdn.gov.ar/sesionesxml/item_param.asp?per=124&r=14&n=3
2 Comments:
Este sí está peor. La presunción de inocencia debe prevalecer. Si al tipo no lo han condenado no tienen porqué impedirle asumir la curul. Lo que no se dan cuenta estos políticos de pacotilla es que esto que están haciendo ahora se lo pueden aplicar después a ellos, están abriendo una puerta muy difícil de cerrar. Saludos.
Practicamente me he convencido que las garantías no están hechas para ser garantías sino para que uno se defienda (o defienda a sus amigotes) de los problemas legales. Eso implica que uno solo las quiera cuando le conviene quererlas, después, se las pasan por las bolas.
Cero cultura democrática
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